No se debería de comparar la luz del sol con la que emiten las pantallas y lámparas LED aunque en ambos casos se trata de luz blanca y azul.
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La luz del sol (que contiene luz azul) es buena siempre que se evite la sobre exposición ya que los rayos ultravioleta que contiene son peligrosos y provocan patología oculares (cataratas, pterigión, etc…).
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La luz azul que emiten las pantallas y las lámparas LED es diferente, porque en ella se produce un pico de luz de alta energía muy grande y desequilibrado.
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Hay que tener en cuenta la distancia de la fuente que la emite ya que cuando estamos delante de pantallas nuestros ojos están muy cerca y esto hace que nos llegue de un modo muy directo.
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Al estar tan cerca y tener mucha potencia nos llega muchísima luz azul hasta la retina ya que no la filtran ni la córnea ni el cristalino.
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Está demostrado en múltiples estudios de laboratorio con células “In vitro” y sobre ojos vivos de animales (ratones, ratas y monos) que la luz azul (sobre todo la de más energía) tiene un efecto tóxico sobre la retina.
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Los filtros de algunos lentes son útiles para el desarrollo de actividades comunes como ver televisión, usar tabletas o trabajar frente a una pantalla.
Resumen:
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La luz azul no es ni buena ni mala, lo dañino es el tiempo y distancia en la exposición.
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Debemos tomar unas medidas mínimas para proteger nuestros ojos de la sobre exposición a la luz azul. (gafas, filtros, temperatura del color en nuestros equipos, etc).
