Los ojos y las pantallas

La lectura de libros en dispositivos electrónicos ha aumentado considerablemente.

Es una nueva era que llegó para quedarse. Y aunque siempre será benéfico el hecho de que más personas se inclinen por la lectura, hay que tener consideraciones especiales para esta forma de acercamiento a los libros.

Por principio de cuentas, debemos entender que hay de dispositivos a dispositivos y diferentes tipos de lecturas. No es lo mismo leer en una computadora o una tableta que en un celular; los especialistas afirman que un texto denso se comprende mejor y es menos cansado en su versión impresa; no obstante, un texto ligero se digiere bien ya sea en impreso o en pantalla.

Algunos elementos que impactan la lectura son la extensión de las líneas (siempre será mejor leer líneas cortas, pues facilita el movimiento de ojos), el color y tamaño de las letras, así como la iluminación que acompaña nuestra lectura (modificaciones constantes de iluminación resultan cansadas para nuestros ojos que deben realizar constantes adaptaciones que requieren energía mental y física).

Hay diversos artículos escritos en todo el mundo que enfatizan los riesgos mirar por largos periodos pantallas digitales. Las consecuencias pueden ser muy negativas en una gran cantidad de factores, desde afecciones a nuestra salud visual como nuestra estabilidad emocional. Sin embargo, no sería justo atribuir a esta modalidad de lectura todas las culpas de las deficiencias de aprendizaje o atención.

Ante esta nueva realidad que, literalmente, se transforma día tras día, lo más razonable será estar atentos e informados acerca de la evolución de la lectura digital y los riesgos que representa. Será siempre una buena idea proteger nuestros ojos ante los efectos negativos documentados que las pantallas representan.

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